CENSURA A LOS CATÓLICOS
Parece que al presidente Zapatero no le
gusta que no se comparta su pensamiento, es más está dispuesto a decir a todos
los ciudadanos como deben pensar y actuar. La manifestación de las creencias
religiosas nunca debe pronunciarse cuando van en contra de sus intereses, y
sólo podrá hacerse cuando se adapte al pensamiento laicista y liberal de su
gobierno.
Es evidente que a ZP no le gustó nada la
concentración de las familias en Madrid, convocada por la Iglesia española, y con
el respaldo absoluto del Vaticano, y por lo tanto de su santidad el Papa
Benedicto XVI.
Los socialistas no están dispuestos a
admitir que las palabras pronunciadas tanto por el cardenal de Madrid como por
el de Valencia, son el pensamiento generalizado de los católicos españoles, les
gustaría hacer creer que es una especie de área radical que es intransigente y
poco progresista.
Precisamente una sociedad equilibrada es
aquella que avanza de una manera correcta, es decir, un progreso que consiste
es robustecer los pilares básicos de la sociedad, y el pilar fundamental es la
familia y los valores que esta transmite, unos principios que son los de la
generosidad y la entrega, de la donación de unos por otros, y no una sociedad
que vive al margen de Dios y que intenta destruirse en nombre de un liberalismo
desmesurado y que en definitiva, acaba destruyendo al hombre.
Las declaraciones del cardenal de
Valencia, Agustín Garcia-Gasco, fueron muy claras, si se destruye lo
fundamental, la unidad familiar y los principios que la deben regir, estamos
acudiendo a una sociedad que destruye la democracia, porque destruye a sus
miembros y los censura, y no tan sólo en la expresión del pensamiento, sino que
incluso no les da la oportunidad de nacer.
¿Qué España queremos? Todo ciudadano español
y católico no se puede sentir orgulloso de un gobierno que esta persiguiendo
sistemáticamente a la Iglesia y los valores que ella transmite. Este gobierno
no sabe respetar otras formas de pensar, es más, le cuesta creer que sea tanto
el número de personas y familias que apoyan otra forma distinta de entender el
mundo y la sociedad.
Nos encontramos ante un país que se
pretende que apoye los principios básicos del relativismo moral, ese
pensamiento nos lleva a una situación que es la antitesis de la moral católica.
Somos los primeros en número de abortos, los primeros en divorcios, los
primeros en fracaso escolar, los primeros en violencia de género, los primeros
en inventarnos los nuevos tipos de familia, los primeros en consumo de cocaína,
y espero que no seamos los primeros en nada más o nos darán la medalla de oro
con Z de Zapatero.
¡Qué orgullo está nuestro presidente de España
con Z de progreso, con Z de liberalismo, con Z de censura, y con Z de dictadura
de pensamiento!
La Iglesia tiene el derecho y la
obligación de pronunciarse en contra de los valores que atacan a la raíz y el
fundamento de una sociedad equilibrada, es el mensaje del Evangelio de
Jesucristo, ¿querrá acaso Zapatero que la Iglesia se adapte a su pensamiento
cambiante?
Ahora intenta buscar por todos los medios
hacer creer a la sociedad que el pensamiento de algunos obispos no es el
generalizado de los católicos, y está buscando apoyos en el Vaticano y en
algunos sectores de la Iglesia. Eso es lo que hacen siempre los socialistas
cuando algún cura o miembro de la Iglesia dice o hace algo que les perjudica o
que no están de acuerdo, procuran marginar a la persona para convertirlo en
algo aislado, decir que no es lo generalizado, y ahora sólo faltan que empiecen
a afirmar que ellos son muy católicos, y que cierto sector de la Iglesia es
radical y trasnochado, sólo porque políticamente les perjudica, y más ahora a
dos meses vistas de las elecciones.
No pueden engañar más a los ciudadanos ni
criticar las manifestaciones y concentraciones que consideran que les
perjudican, ya está bien de censura y de fascismo, de dictadura mediática; que
cada uno exprese lo que piensa y siente, que construyamos una sociedad
realmente libre, que pueda decir lo que cree sin ser víctima del insulto y de
la persecución por parte del poder. Primero las asociaciones de víctimas del
terrorismo, luego la Iglesia, y luego todo movimiento que pueda frenar las
ansias de manipulación ideológica de ZP. Que dejen que las personas se
manifiesten, se concentren, que piensen de distinta manera, eso es en
definitiva la democracia, y por lo tanto hay que estar en contra de la censura
mediática del gobierno de Zapatero.
JAVIER ABAD CHISMOL
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