RELIGIÓN Y CIUDADANÍA
Se acaban de abrir los plazos de
inscripción para matricularse el próximo curso académico en los colegios e
institutos de la Comunidad Valenciana. Quizás más que nunca la incertidumbre
sobre muchos puntos pueden plantearse a los padres y los alumnos, un gobierno
preocupado más por la ideología y la politización de la escuela, una parte del
profesorado más interesado por su salario y unos alumnos que hacen huelga sin
saber muy bien porque, apostando por una enseñanza de calidad.
¿Pero que es eso de una enseñanza de calidad? No podemos decir desde
luego que nos encontremos ante un sistema educativo que goce de buena salud,
una ley como la LOE que viene a agravar todavía más la LOGSE, unas leyes
realizadas al margen de las aulas, sin contar para nada con el profesorado,
unas leyes que elimina el esfuerzo, donde se facilita el pasar de curso sin
estar preparado, una falta de disciplina y educación en las aulas. La LOGSE ha
eliminado esos dos pilares básicos que son la autoridad del profesor y la
búsqueda del esfuerzo, en la lucha por conseguir las cosas en la vida.
Desde este punto de vista podemos ver como
surgen los problemas de acoso escolar entre los propios alumnos y hacia el
profesorado. Cuando el alumno no entiende nada y no respeta, es cuando surge la
indisciplina provocada por el aburrimiento y por el sentimiento de dominación
de unos sobre otros.
En este clima habría que preguntarse
porque ese interés en la poca formación en valores humanos, el porque se hace
hincapié en una formación que sea tan sólo divertida, hay que darse cuenta que
el aprender no tiene porque ser siempre divertido, los alumnos sólo quieren
pasarse bien, sin esfuerzo, no quieren aburrirse, ese es el resultado del
sistema educativo actual. La asignatura de religión viene precisamente a educar
en unos valores que ayuden a la formación integral de la persona. Estudiar el
fenómeno religioso es conocer al hombre y buscar la raíz fundamental de su
existir.
Ahora los padres van a tener la oportunidad
de ejercer unos de sus derechos constitucionales, concretamente en el 27.3.en
el que se afirma que: “los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a
los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que este
de acuerdo con sus propias convicciones”.
Es por lo tanto un derecho de los padres el
que puedan apuntar a sus hijos a la clase de religión. El gobierno actual y
otros anteriores del mismo color político han tenido y tienen un gran interés
en ir en contra de este derecho, queriendo eliminar esta ley. Como no lo han
podido hacer han ido haciendo un progresivo estrangulamiento de la asignatura y
de su profesorado, ya que no podían suprimirla iban a provocar que los propios
alumnos y padres decidieran no ir a religión.
Actualmente un alumno puede apuntarse a religión
o a una signatura que se le llama alternativa, que consiste en ver películas,
hacer deberes y todo aquello que al profesor designado decida.
Dentro de los derechos se especifica
claramente que la asignatura tiene que estar al mismo nivel que las demás
disciplinas, cosa que actualmente no se cumple, pues queda completamente
marginada, el alumno puede apuntarse a religión o nada.
¿Qué pasa si el profesor de religión quiere
dar unos conocimientos y quiere que los alumnos se esfuercen? En el momento el
alumno vea que tiene que esforzarse, que tiene que leer algún libro, hacer
ejercicios, toma la decisión de que es mejor al año siguiente cambiarse por la
llamada alternativa. ¿Qué hace entonces el profesor de religión para mantener
el número de matriculados? Tiene que hacer un esfuerzo añadido, para que los
alumnos aprendan sin que lleguen a borrarse, bien por aburrimiento o porque no
quieren más trabajo que el estrictamente necesario.
Como vemos eso no es un equilibrio, el
alumno debe optar entre religión y algún otro tipo de asignatura que se pueda
equiparar, tal como propuso la antigua ley de calidad, eliminada por este
gobierno antirreligioso, donde se proponían dos modalidades, una confesional, que
sería la actual asignatura de religión, y otra aconfesional para el estudio de
la sociedad, la cultura y su relación con la filosofía y la historia de las
religiones. En definitiva se buscaba la formación religiosa integral como un
valor fundamental de la persona.
Ahora nos va aparecer esa nueva asignatura
llamada educación para la ciudadanía, y está si que atenta contra los derechos
de la persona en el respeto a las convicciones personales, se obliga a estudiar
una forma de ver la vida en su dimensión ideológica. Los valores humanos
fundamentales no pueden ser manipulados, son decisiones personales de las
familias y de cada uno, ningún gobierno puede entrometerse en la educación y en
la formación de los hijos.
De la misma manera que la asignatura de
religión es optativa que también lo sea la educación a la ciudadanía, y que por
supuesto estén equiparados en las condiciones, que la religión no sea una
asignatura marginal. Es una labor de todos los católicos apuntar a nuestros
hijos a la asignatura de religión,
manifestar nuestra disconformidad con aquellos gobiernos y partidos
políticos que están en contra de esta. Los cristianos no podemos apoyar a esos
movimientos que proponen sacar la religión de la escuela, es mucho lo que nos
jugamos. La familia y la escuela son los grandes canales de la transmisión de
la fe. Es en definitiva un derecho, un deber y un don de Dios.
JAVIER ABAD CHISMOL
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