BAJANDO EL LISTÓN
De nuevo nos sorprende este gobierno con
sus medidas educativas, como si ya no tuviéramos bastante con los nuevos planes
de estudios, con la asignatura de la educación a la ciudadanía o de la
persecución a la asignatura de religión. Estas nuevas medidas que se anuncian
se refieren al paso de curso de bachiller con un número de asignaturas muy alto,
exactamente la mitad menos uno.
La ministra nos quiere convencer de que es
una medida buena para los estudiantes, algo que creo que no ha consultado a los
docentes, a los que viven día a día la realidad de la enseñanza en las aulas y
no en los despachos. Si de algo no tenemos ninguna duda es que el nivel actual
de motivación del alumnado y el rendimiento académico es muy bajo, que el fracaso
escolar aumenta cada vez más, y por lo tanto habría que plantearse si este tipo
de medidas podrían provocar el efecto contrario, es decir, que como el alumno
pasa de curso sin esfuerzo hará que su rendimiento sea todavía peor.
La medida podría ser discutida, aunque
tal como se refleja en los estudios de opinión de los ciudadanos y de los
profesores no parece una medida muy acertada. Tenemos el bachiller más corto de
Europa, un plan de estudios que está muy por debajo del nivel de exigencia que
tenía el BUP y el COU. Esto va provocando un sistema decadente en la enseñanza,
los alumnos de primaria que pasan a la ESO vienen con una preparación cada vez
más floja, donde el nivel de exigencia es cada vez más cómodo, intentando por
todos los medios que el niño no pase por el “trauma” de suspender asignaturas,
o evitando al máximo que se repita ningún curso, esto es lo que provoca una
actitud del no esfuerzo.
Si desde el pilar básico de la sociedad
creamos actitudes que no lleven al esfuerzo y a la responsabilidad provocaremos
una sociedad vaga, que se acostumbra a las rebajas y cuya única doctrina es el
esfuerzo mínimo, esperando que las cosas que se alcancen sin ningún mérito.
Actualmente se están viviendo en los
centros una ambiente de poco rendimiento, se ha pasado de una marginación de
los malos estudiantes al efecto contrario, los marginados y criticados por sus
compañeros son aquellos que se esfuerzan por superar los estudios. Conforme el
plan de estudios de se ha ido incorporando se ha ido viendo su fracaso contundente,
y por eso ese motivo el ir bajando el listón progresivamente.
Unas cuantas generaciones han sido y son,
víctimas de un sistema educativo utópico, olvidando que el niño en la mayoría
de los casos no es capaz por si sólo de ser responsable y cumplir, que la
tendencia natural del ser humano es la del “no esfuerzo”, por lo tanto educar
no es regalar los aprobados, sino educar es enseñar a renunciar a unas cosas
para conseguir otras que son más importantes.
Los motivos que se alegan desde el ministerio
es que los alumnos no se vean paralizados es sus estudios por culpa de los
suspensos, pero eso no es para nada cierto, el efecto es contrario, pues
hablamos de un alumno que ya de por si se puede considerar como mal estudiante.
Cada día el docente puede comprobar en sus
aulas el nivel de pasotismo, de desmotivación por parte del alumnado, una
manera de pensar que se construye sobre; el me gusta o no me gusta. Primero se
le ha quitado todo tipo de autoridad al profesor, de manera que apenas tiene
armas para defenderse de un perfil de alumno que cada vez es más maleducado y
más apático. Si nosotros a un alumno le vamos dejando que pase de curso sin
tener un nivel apropiado para poder hacerlo lo que provocaremos es un alumno
aburrido que cada vez entiende menos las materias, y por lo tanto, se dedicará
a incordiar a sus compañeros y a molestar al profesor. Cada vez es más difícil
mantener el orden en el aula, todo fruto de una sociedad permisiva, que
potencia la mala educación, la falta de respeto, la perdida de la dimensión de
lo que es bueno y es malo, es la enfermedad del relativismo moral muchas veces
abalado por los propios padres que no soportan que a su hijo se les corrija.
Hay que volver a poner en su sitio a la figura
del profesor, cuya misión fundamental es enseñar y educar, algo que cada vez
los sistemas educativos ponen más difícil, en donde el esfuerzo y la disciplina
brillan por su ausencia. Llama poderosamente la atención la gran cantidad de
posibles repetidores, es decir alumnos que suspenden cinco o más, en un curso
como primero de la ESO, alcanza un porcentaje que ronda cerca del cuarenta por
ciento, lo que nos hace reflexionar cuales son los resultados del sistema
educativo actual, un sistema que ya se encuentra consolidado y que estamos
viendo sus resultados.
Pues ahora nos sorprende el gobierno con
esta nueva medida, anunciada en un fecha completamente desafortunada, en tiempo
electoral, y sin previo aviso para el sector de la enseñanza, ¿lo querrán para
ganar voto joven, y agradecer a ZP su paso de curso? Este alumnado suele tener
los dieciocho años, pues además muchos son repetidores. Nos quedaremos con el
derecho a la duda y creeremos o intentaremos creer que es una medida con otros
fines, pero ¿cuáles? Esta propuesta de pasar de curso y matricularse de las
asignaturas suspendidas del anterior y parte del nuevo en la practica no es
posible, porque los horarios no van a ser compatibles, empezaran a faltar a las
clases por culpa de los horarios, además teniendo en cuenta que estamos ante un
alumnado que tiene dificultades.
Los centros a día de hoy se encuentran
completamente desinformados, justo cuando se están abriendo los plazos de
matricula para el curso que viene, no se sabe nada de estas nuevas medidas que
parecen fruto de la improvisación. Se desconoce como se va a llevar a la
práctica asignaturas como, la educación para la ciudadanía, ni se tienen clara
las horas lectivas, ni que va a pasar con la asignatura de religión, si la
sacaran del horario lectivo para que no se apunte nadie, en fin como vemos nos
encontramos ante nuevas medidas de un gobierno que improvisa, que no
reflexiona, y parece no querer lo mejor para los niños y los jóvenes, creando
medidas que para nada favorecen su formación y su crecimiento.
Queremos creer que esta forma de actuar es
fruto de la ignorancia, y de un equipo de incompetentes, que no hay mala fe,
podríamos decir que la ignorancia es muy atrevida, y para sentirse cómodos
quieren formar una sociedad basada en sus principios, los del poco esfuerzo,
pensar poco, y una mala educación, en definitiva lo que se vive en los centros
educativos es el reflejo de la sociedad que estamos construyendo.
JAVIER ABAD CHISMOL
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